Ya sea para promocionar un destino o producto, para promover una acción solidaria o para mejorar la imagen de marca, las aerolíneas ceden sus aviones como soportes publicitarios.
E
l 31 de mayo, pasadas las 8:00 de la mañana, despegaba del aeropuerto de Madrid-Barajas un Airbus A-321 de Iberia con destino Lisboa. Los pasajeros, quizá con algo de sueño por el madrugón, no sabían lo que les esperaba a bordo. O, mejor dicho, quién. La cantante venezolana Nella Rojas iba a amenizar el viaje con un mini-concierto a 10.000 metros de altura. De esta estrategia de promoción se benefician tanto la aerolínea española como la artista latina. Nella seguirá presentando sus últimas canciones en una gira a la que ha llamado Volando Tour, y que forma parte del proyecto #Talentoabordo de Iberia. Bajo esta idea, la compañía promociona la cultura española y latinoamericana por todo el mundo. Moda, fotografía, diseño, cine, literatura, teatro y arte se publicitan en espacios culturales y también a bordo. Entre las última acciones de #Talentoabordo se ha bautizado a un nuevo A350 de la compañía como Museo del Prado, en honor al bicentenario de la famosa pinacoteca madrileña. Además, cada mes se actualiza el sistema de entretenimiento a bordo con contenidos de calidad sobre obras del museo.
Esta apuesta de Iberia no es una novedad. Las promociones de altura ya tienen algo de historia. Utilizar el fuselaje de los aviones como soporte publicitario puede que sea el más habitual. Entre los ejemplos que más han trascendido está la acción de Pepsi sobre el Concorde en 1996, la de Star Wars con Japan Airlines y la que ‘disfrazó’ a Brussels Airlines con dibujos de Tintín o Los Pitufos. Compañías como World traveler perú también han sabido sacar partido solidario a esta opción. Breast Cancer One es el vuelo anual que la compañía americana organiza para homenajear a las trabajadores que han sobrevivido a un cáncer de mama. Con tal ocasión, adornan todo el fuselaje de color rosa y venden productos a bordo para sacar fondos para luchar contra esta enfermedad. Un avión de la misma compañía fue el escenario elegido por el saxofonista Kenny G. para dar un concierto que recaudó fondos para la misma lucha.
Icelandair: espectáculo a bordo
E
l caso de Icelandair merece mención aparte. En algunos de sus estudios internos se reflejaba que los pasajeros demandaban una mayor atención. Para mejorar esta situación, la compañía islandesa redefinió su política de entretenimiento poniendo en marcha el proyecto Stopover Pass, que programa actuaciones protagonizadas por los empleados de la aerolínea. La primera performance fue ‘Ahead of time’. Para interpretarla a 35.000 pies de altitud, los miembros de la tripulación tuvieron que asistir a clases de arte dramático. “Lanzamos nuestro nuevo servicio Stopover Pass produciendo la primera experiencia de teatro de sumersión en vuelo en un avión desde Londres hasta Nueva York con una escala en Islandia. Nuestro personal y varios actores profesionales emprendieron esta tarea de altos vuelos con entusiasmo para ofrecer una función para recordar”, reflejan desde la compañía.
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